Las siete palabras del PAPA Francisco en Colombia.

Los primeros días de septiembre el pueblo colombiano se volcó a las calles para darle la Bienvenida al Papa Francisco. En las multitudes se sentía la alegría y el ansia de escuchar al sumo Pontífice. En este tipo de acontecimientos religiosos, en ocasiones, los medios buscan hacer más elocuencia de los gestos y de las anécdotas que de los mensajes. En medio del folclorismo y del afán para la pose con el fin de obtener una selfie con el Papa descuidamos la atención en lo que debería ser fundamental, el mensaje. En el caso del actual Pontificado sin duda los gestos, los abrazos, la cercanía constituye un lenguaje que ha generado una buena recepción entre los católicos. Algunos vaticanistas mencionan que en el Pontificado de Juan Pablo II la gente iba a verlo, con Benedicto XVI se buscaba escuchar su análisis teológico y en el caso de Francisco la gente quiere abrazarlo. En medio del afán por solo estar allí y verlo de cerca puede que presremos oídos sordos a su mensaje.
De tal modo que de las diversas intervenciones del Papa Francisco en Colombia compartimos la siguiente selección de estas que considero como sus siete palabras a su paso por Colombia.
1- No se dejen robar la alegría ni la esperanza.
Fueron las primeras palabras a su llegada a la Nunciatura Apostólica para pasar su primera noche en Bogotá. Se las dijo a un grupo de jóvenes recuperados de la drogadicción y la vida en las calles por IDIPRON, institución distrital fundada por el sacerdote salesiano Javier de Nicoló. Ellos le cantaron sus liricas a ritmo de rap y hip – hop Esta frase del PAPA Francisco fueron las primeras en ser expresadas en una tarima y ante un micrófono y en ellas se notó su espontaneidad y su improvisación en medio de un rostro cansado por la larga jornada del viaje.

2- Vuelen alto, no se dejen llevar por chiquiteces, no se entreguen a deseos rastreros, Tengan sueños y sueñen en grade. Lo dijo en el balcón Arzobispal ante los miles de jóvenes que lo esperaban en la Plaza de Bolívar. Los animó a construir sus propios proyectos de vida y a poner ideales altos para alcanzar en sus vidas.

3- Cuidemos de la Amazonía. Se lo dijo a los Obispos Colombianos reunidos en el palacio arzobispal de Bogotá. Una de las características del mensaje del Papa Francisco ha sido la preocupación por el adecuado uso de los recursos naturales y el cuidado del medio ambiente natural. Colombia posee una buena parte del territorio amazónico y adquiere así un deber mundial en su cuidado y protección. El Papa ha señalado las devastadoras consecuencias del capitalismo y su destrucción. En el contexto social colombiano de la búsqueda de la Paz y la reconciliación se hace necesario hablar de una reconciliación con el medio ambiente natural. Uno de los negocios que montaron las FARC para sostenerse fue el de la minería ilegal, aparte de los inmensos recursos que hicieron con el tráfico de la droga, pocas veces nos detenemos a pensar en los daños que provoca a la Amazonía la explotación ilegal de los recursos naturales y la siembre de coca para su explotación por vía del narcotráfico.

4- Las Mujeres están llamadas a un papel importante en la Iglesia y no solo a un servilismo propiciado por el clericalismo y machismo tradicional de la iglesia. Lo dijo a los Obispos del Celam en la reunión plenaria realizada en la Nunciatura. De las pocas veces que un Papa reconoce los males que ha traído la estructura jerarquizada y patriarcal que excluye a la mujer del papel protagónico en la evangelización de los pueblos.

5- La vida consagrada es la bofetada Kerigmática al modo de vida consumista del capitalismo. La gracia de los religiosos es mostrar que justo no nos llevamos nada de las riquezas de este mundo por eso la necesidad de vivir en la sencillez y al pobreza. Por eso Francisco al inicio de su pontificado siguió usando sus viejos zapatos negros. Solo estamos de paso por el mundo, es lo que nos recuerda la vida de un religioso.

6- El diablo entra por los bolsillos, siempre. Lo dijo en Medellín en la reunión con los sacerdotes, laicos consagrados y religiosos al hacer referencia al sentido profundo d ela vocación que exige de la pobreza, la humildad y la obediencia. Es un llamado a quienes se forman para el sacerdocio para hacerles ver que no se trata de una profesión sino de una opción de vida en la cual la búsqueda desmesurada de la riqueza y el ascenso a una supuesta carrera eclesiática no son el centro de la vida consagrada. Lo dijo en al ciudad de Medellín de la cual el Papa señaló que le recuerad los años aciagos del narcotráfico que hicieron perder el proyecto de vida de tantos jóvenes. Especial significado tienen estas palabras en una ciudad en la cual el ethos del trabajo constante y la necesidad de producir dinero congeniaron con la vida suntuosa de los narcotraficantes. Lo dijo en una Arquidiócesis en donde uno de sus sacerdotes pidió una licencia luego del escándalo por la denuncia penal que le hizo su pareja homosexual para reclamarle $1.500 millones de pesos como parte de la liquidación de su vida matrimonial de más de 20 años. Un llamado a no llevar vidas dobles y falsas que se escudan en el ministerio para hacer dinero, el mismo que termina gastado en viajes de lujo y en financiar vidas oscuras de algunos pocos miembros de la Iglesia Católica. En el acto de reconciliación y perdón realizado en Villavicencio el Papa mencionó que él también tenía que pedir perdón. Solo fue un enunciado, no desarrolló la idea que puede contener esa frase. Quizás pensar en algunos de los sacerdotes pedófilos, abusadores que quisieron llenarse los bolsillos de codicia y de lujuria. Quizás pedir perdón por los males del odio y la polarización que también han sembrado algunos jerarcas católicos en la historia de Colombia.

7. Colombianos cuidemos la Paz, la esperanza, no dejen sembrar la de cizaña. Esta visita fue pensada como ese respaldo tan importante que merecíamos los Colombianos para seguir un camino de esperanza, paz y reconciliación pero la tarea en adelante no es sencilla. La Paz y en particular la reintegración exigen de sacrificios y compromisos. Muchos quieren lucrarse del negocio de la guerra, la cizaña aparece pero ante ella no es necesario alarmarse sino depurar para hacer que la semilla produzca sus frutos. Ese es el mensaje central de la visita apostólica de Francisco a Colombia, cuidar y perseverar en el proceso de paz alcanzado. Eso determinará una agenda electoral para los próximos meses en el país.